¿Son humanos ó máquinas?
Pensar en robots, es pensar en la silueta de un ser humano, simplemente porque sabemos que nuestra estructura física contiene múltiples ventajas, por lo que crear una máquina como nosotros es algo que garantiza muchas habilidades. De este modo, los robots, desde un contexto cultural, son visualizados como objetos metálicos que se ven y actúan como seres humanos, pero poseen fortalezas que solo la tecnología puede brindar, ya que son físicamente imposibles para nosotros. No obstante cuando visualizamos un robot, lo vemos personificando las tareas que consideramos básicas o cotidianas, y tiempo después realizando las tareas que sabemos que nos son imposibles. Ahora bien, ¿será que deseamos crear un mejor ser humano o simplemente buscamos alguien que sea nuestro ayudante personal?
Estas ideas ya no son tan lejanas a nuestra realidad, resulta que verdaderamente se están creando robots a los cuales se les han llamado androides, justamente por verse y actuar como los seres humanos. Los robots del futuro no serán más máquinas con tareas sistematizadas y funciones definidas. Estos serán “agentes cada vez más autónomos, capaces de adoptar funciones que antes solo realizaban los seres humanos.” Es decir, no estamos buscando máquinas especializadas sino algo un poco más sencillo, un ayudante, algo que se pueda desenvolver en cualquier ámbito y que sea capaz de tomar sus propias decisiones bajos nuestras directrices; un ser tecnológicamente auto pensante y obediente.
No obstante, esto tan sencillo, es en realidad, una meta bastante compleja. Para que un robot pueda desenvolverse en cualquier ambiente necesitará percibir su entorno, y explorar diferentes alternativas para encontrar soluciones a las diferentes situaciones en las que se deba desenvolver. Por ejemplo, un robot llamado HERB, desarrollado por Carnegie Mellon, puede tomar una caja de jugo y colocarlo en otro lado, pero esta acción le tomará varios minutos, puesto que para empezar él es capaz de reconocer el tipo de objeto con el que está tratando y aplica diferentes leyes de física para realizar esta acción.
Otro aspecto a cuidar es el desarrollo social de estas máquinas futurísticas, puesto que si están diseñadas para verse y moverse como un ser humano, de igual manera deberá saber cómo comportarse dentro de una sociedad, ya que este será su espacio de funcionamiento. No obstante no es solo el comportamiento de la máquina con la que debemos tratar, sino también con la aceptación social de las personas hacia estos nuevos individuos. Es así como no solo debemos pensar que para tener éxito al diseñar un robot debemos considerar todas las capacidades tecnológicas así como las capacidades de percepción y convivencia con ó hacia los seres humanos.
Para concluir, no son humanos lo que estamos desarrollando, es posible que nuestra sociedad no pueda acostumbrarse a la idea de una máquina imitándonos, haciéndonos creer que piensa y toma decisiones por sí misma cuando en realidad, estaremos tratando con algo que le es indiferente lo que sucede en su entorno puesto que si no es consciente de lo que pasa no existe. Entonces, no nos podemos engañar, un robot, una máquina de este tipo, siempre será el escudo de su coordinador y la presencia de sus intenciones. Y es en realidad, esto la clave de todo, no serán humanos hasta que puedan poseer el atributo más valioso que nos caracteriza la conciencia, como herramienta fundamental para tomar decisiones correctas. Sin embargo, si la tecnología llega al punto en el que no puedes notar la diferencia entre una máquina y una persona realmente importará que sea, es decir como juzgar cuando se desconoce su procendencia.
Nicole Martínez Villalobos.
Ensayo basado en el artículo Humanos 2.0; National Geographic; Agosto, 2011
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